lunes, 18 de enero de 2010

Parque Nacional de las Tablas de Daimiel

Las torrenciales lluvias del último mes, unidas a las importantes nevadas, han logrado resucitar el sediento Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Algo tan natural como que los ríos Guadiana y Cigüela volvieran a llevar agua en sus cauces obraron el milagro.
Mientras a primeros de diciembre el parque estaba completamente seco y sus entrañas de turba se consumían en un infierno de fuego subterráneo, hoy tiene encharcadas 160 hectáreas y el incendio está en proceso de extinción.

De todas formas, tampoco podemos echar las campanas al vuelo. Primero, porque tener con agua 160 de sus 1.750 hectáreas inundables no es aún una cifra de locura.
Segundo, porque el problema de las Tablas de Daimiel sigue siendo la sobreexplotación del acuífero 23, un gigantesco embalse subterráneo de 5.000 kilómetros cuadrados. Si no hacemos algo, todo ese agua que ahora llega generosa acabará saliendo por los más de 23.000 pozos que perforan el subsuelo, secando de nuevo nuestro triste Parque Nacional.
Y en tercer lugar está la mentira de los millonarios trasvases salvadores. El del Tajo-Segura primero, y ahora el de la Tubería Manchega, nunca lograrán sustituir a los aportes naturales de los ríos y arroyos.

Como estas lluvias nos han demostrado, el Parque Nacional sólo puede y debe recuperarse con agua de la cuenca del Guadiana, gracias a una gestión racional y sostenible de los recursos hídricos.

Raquel Rodriguez Cereijo

Fuente: 20minutos.es

Fármacos dependientes de la Biodiversidad

En muchas ocasiones se ha comentado que la destrucción de la biodiversidad tiene entre sus consecuencias que posibles nuevos tratamientos para enfermedades como el cancer, las osteoporosis y otras dolencias se pueden perder para siempre. Y han sido muchos los científicos que en los últimos años han señalado su preocupación, debido a que una nueva generación de fármacos, desde antibióticos hasta tratamientos para el cáncer, creados a partir de productos naturales podría desaparecer, a menos que el mundo actúe para detener la pérdida de la biodiversidad.

Gracias a la publicación del libro Sustaining Life: How Human Health Depends on Biodiversity (Para sostener la vida: Cómo la salud humana depende de la Biodiversidad), hemos podido conocer con detalle múltiples ejemplos de la relación entre la salud y la conservación de la biodiversidad. El volumen, de más de 500 páginas, editado y escrito por médicos de la Escuela de Medicina de Harvard, Eric Chivian y Aaron Bernstein, se apoya en el trabajo de más de cien expertos y científicos, quienes muestran con numerosos ejemplos cómo la naturaleza alberga miles de secretos para desarrollar nuevos tipos de analgésicos, tratamientos para la degeneración macular y vías inéditas para recuperar tejidos y órganos perdidos.

Uno de los ejemplos utilizados es el de la rana rheobatrachus, cuya hembra incuba a sus crías en el estómago, donde están protegidas por una sustancia que inhibe la acción de los ácidos gástricos y enzimas. Esta sustancia hubiera podido ser una valiosa contribución para el tratamiento de las úlceras humanas, pero el batracio que podía encontrarse en los bosques húmedos de Australia en la década de 1980 se extinguió para siempre.

El libro, incluye siete grupos de especies que podrían ser especialmente valiosas para la medicina: los anfibios, osos, conidae (una familia de caracolas marinas), tiburones, primates, cangrejos de herradura y gimnospermas, una especie vegetal que incluye árboles como el pino y el ginkgo.De las seis mil especies conocidas de anfibios casi un tercio se encuentran amenazadas con la extinción. Estos animales producen una amplia gama de nuevas sustancias, algunas de las cuales se obtienen únicamente de los anfibios que viven en el medio silvestre, no de los que están en cautiverio. Algunos conidae producen un péptido que se estima es mil veces más potente que la morfina y que en pruebas clínicas alivió el dolor a pacientes con cáncer y sida avanzado. La ventaja de esta sustancia es que no genera dependencia.

Estos y otros valiosos secretos médicos se pueden perder para siempre, debido a la destrucción de su hábitat, a la persecución directa, a la introducción de especies exóticas o por el cambio climático, por lo que es esencial que de forma urgente se adopten todas las medidas necesarias para detener la pérdida de biodiversidad.

Rana Rheobatrachus,
guarda sus crías en
el estómago.





Buscado por Édgar Méndez Méndez

Noticias Biodiversidad.

Ecologistas en Acción propone celebrar el año mundial de la biodiversidad

El colectivo pide al Consistorio que elabore estrategias para reducir la contaminación
Ecologistas en Acción presentó ayer una moción al Ayuntamiento para que adopte medidas en el término municipal "para colaborar en el cumplimiento del objetivo europeo de detener la pérdida de biodiversidad". El colectivo también propuso al Consistorio que a lo largo de 2010 se sume a la celebración del Año Internacional de la Biodiversidad.

Ecologistas recordó que la variedad de especies animales y vegetales "es esencial por razones medioambientales, éticas, emocionales y económicas" y subrayó que la riqueza natural "sustenta nuestra calidad de vida, pues proporciona un junto de servicios útiles que también ayuda a regular el clima, controlar inundaciones y prevenir la proliferación de enfermedades y plagas".

La moción insta al Ayuntamiento a elaborar auditorías y estrategias de reducción de emisiones, así como a crear campañas de concienciación "sobre la importancia de la diversidad". La asamblea general de las Naciones Unidas acordó declarar 2010 Año Internacional de la Biodiversidad.


Víctor Herrero Álvarez

NUEVA ESPECIE

Los científicos creen haber encontrado toda una nueva especie de mamífero en lo
profundo de una de las zonas más ricas, menos estudiadas y más amenazadas de
la Tierra.
El animal –semejante a una cruza de gato y zorro– al parecer es un carnívoro.
Captado en una cámara automática infrarroja, instalada por unos investigadores del
WWF en el bosque del Parque Nacional Kayam Menterong en Borneo, es de color rojizo
con una larga cola muy tupida.
Los descubrimientos de mamíferos son sumamente raros: sólo se registró un
puñado a través de los últimos 70 años. Seis fueron encontrados en los años 1990
en bosques remotos en Viet Nam –un
rinoceronte, tres ciervos, un conejo y un
primate–, pero éstos fueron los primeros
desde el descubrimiento del kouprey
en 1937. Nuevos carnívoros son aún
más raros; el último descubierto fue el
hurón-tejón de Borneo, encontrado en la
isla en 1895.
A través de la última década, el
mismo equipo descubrió otras 361 especies
totalmente nuevas en Borneo –260
insectos, 50 plantas, 30 peces de agua
dulce, siete ranas, seis lagartos, cinco
cangrejos, dos culebras y un sapo– a un ritmo de tres por mes. Pero muchos de estos
animales están amenazados: los conservacionistas temen que nuevos mamíferos, por
ejemplo, podrían haber quedado extintos antes de que pudieran haberse estudiado.

publicado por Héctor